Mirando un
viejo calendario de 1986 deduzco que fue un frio dia 19 de Diciembre y lo
recuerdo perfectamente porque habíamos hecho una fiesta en el colegio y se nos había hecho
tarde. El grupo de amiguetes y amiguetas
íbamos andando parsimoniosamente por la acera del parque de la Virgen de
Loreto, hablábamos de nuestras cosas, de las cosas que suelen hablar los
chavales de trece o catorce años como era mi caso… ..recuerdo ir con Pichú , Paco
del Real, Felisa Lara, Marisa Martinez , Jesús Jiménez …quizás fuésemos más
pero aquel día los recuerdo a ellos.
Un enjambre de ensordecedoras vespinos pasaba
junto a nosotros trasportando jóvenes trabajadoras que salían de la fábrica de
Plancacor y no se quién comentó que esa noche abrían un bar nuevo, había
carteles por las calles que anunciaban su apertura , carteles que eran simples
fotocopias en blanco y negro y anunciaban: apertura del nuevo disco-burguer
Dulce Pequeña.
A las chicas
no se si les dejarían salir un viernes por
la noche pero sin lugar a dudas no se
como me las iba a apañar, pero no me iba a acostar yo aquella noche con lo
bacín que era sin pasar a aquel cuartete.
El nombre
del local viene de una canción del desaparecido grupo Glutamato YeYé y aunque
no lo creáis hace veintisiete años pero recuerdo a la perfección y con una
memoria casi fotográfica el primer día que abrí aquella doble puerta pintada de
rosa y con los clavos en blanco y entré a Dulce Pequeña, no teníamos todas con nosotros lo de que nos
dejasen entrar , (porque éramos unos micos)...pero nada más alejado de la
realidad, no solo nos dejaron entrar sino que nos invitaron a unos minis de cerveza
y a unas patatas fritas. Allí estaba Paco "el Baby" haciendo de
relaciones públicas en un bar lleno hasta la cencerreta y decorado con dibujos
de Mafaldas y Snoopys e iluminado con tubos de neón.
La primera sensación que
experimenté fue de calor, humo, olores a hamburguesa a cerveza a tabaco, pero
sobre todo un fuerte olor que tiraba patrás a “buen rollo”, sonaba aquel disco
de Joaquín Sabina y Viceversa en directo y yo flipaba con aquel ambiente que se
metía en cada poro de mi piel y me hacía sentir tan bien!!. Quien me iba a
decir que ese día mi vida cambiaría convirtiendo aquel local en mi primera
casa, porque la segunda, casi no la pisaba. Con aquella edad del pavo comenzó
mi andadura en el mundo de la noche, en aquellas noches locas al principio con
Paco desde fuera de la barra y luego con los cracks Nieves y Ramon Laguía del
que guardo tan buenos recuerdos.
En aquella
época se bebían litros de cerveza en vasos de plástico y también cubalitros, se
bebían submarinos, leche de pantera, se bebía Dyc o Jotabé con cocacola, ron
solo se conocía el Bacardí blanco y el que bebía gin-tonic era o bohemio o
rarito, por supuesto todo en vaso de tubo y de los bajos , nada de vasos de
sidra ni de copas de balón y por supuesto se lavaban a mano y con mistol, las
patatas fritas eran de Collado (y se cobraban) y como mucho unos panchitos de
gratis… todo esto lo cuento para que veáis la evolución.
La música
se ponía en un equipo con un plato y una pletina para cintas, y entre canción y
canción por supuesto no había mezcla, los discos de vinilo a veces se rayaban o
saltaban y había que darles la vuelta para escuchar la cara B. En aquellos
mediados de los ochenta se escuchaba El
último de la fila, Los secretos, Mecano, los Rebeldes, la Frontera, Loquillo,
Los Ronaldos, Toreros muertos , Glutamato, Nacha Pop, Héroes del silencio, en
fín , me faltaría papel para ponerlos a todos y además todas las canciones se
cantaban en grupo cuando la fiesta comenzaba a coger copero.
Allí comencé
a poner música y a convivir con gente casi siempre más mayor que yo de la que
aprendía o desaprendía y con la que pasaba horas y horas , horas de café de
cerveza de litros de conversación de licores de copas.
Yo
siempre traté de volar en solitario y comencé a montar bares por mi cuenta o a
trabajar en otros, pero nunca me he desvinculado del Dulce al que tengo gran
respeto y del que guardo tan gratos recuerdos. Allí he madurado , he hecho amistades
, hemos cogido nuestros primeros “pedos adolescentes”, hemos vivido momentos
inolvidables , cumpleaños de desfase, Navidades en las que todos los días
puntuábamos, Semanas Santas con la calle llena de gente bebiendo y pasándolo
bien, veranos calurosos con noches en las que se improvisaban guerras de agua,
domingos en los que se abría por la mañana y se empalmaba con el café, ferias
de abril bebiendo fino como cosacos, en aquel rincón hemos visto hacerse novios
a amigos, hacerse y deshacerse también!!!, en ese rincón hemos vivido
carnavales, pero no carnavales descafeinados, Carnavales con mayúsculas!! Hemos
quedado tantas y tantas veces para pasar
el fin de semana, ahí hemos hecho las peñas para feria (nuestra marcheta y pin
pan y pin pan), de ahí hemos salido para los conciertos en verano.
Salvo los años en que comandó el local Paco o Ramón y el
paréntesis en el que llevó el local Gumer y Conchi, la regencia del local en la
mayor parte de estos años ha sido dirigida por “los Nieves”, Jesús y Enrique a
los que admiro tanto en lo profesional como en lo personal, y de los que aunque
no lo crean he aprendido bastante y a los que les debo tanto.
Por allí han pasado amigos (dentro de la barra)
con los que guardo más o menos relación y de los que han sido muy importantes
en ciertos momentos de mi vida: Paco, Ramón , Jesús, Enrique, Pablo, Angel Manuel, Joaquín, Kiki , Jose,
Eric, Valentina, Dorina, Juanlu, Conchi , Gumer, Geni, Pilar…y Silvana como no
, la que hoy es mi mujer y a la que conocí allí, la camarera más guapa del
planeta.
Hoy cuando he entrado a Dulce Pequeña después de veintisiete
años , he sentido una sensación muy extraña
y se lo he comentado a ella , hoy he pasado a felicitarles por el aniversario a
Jesus a Enrique y a Pilar, pero hoy lo he hecho con mi hijo Martín y me he
emocionado, hoy no olía a humo ni a hamburguesas , no sonaba Sabina , ni había
gente bebiendo minis , al neon le ha tomado la palabra el led, al vinilo el
archivo digital y al cubata de Dyc-cola el Gintonic de Seagraam’s, ya no están las
Mafaldas ni los Snoopys, pero queda algo flotando en el ambiente , queda la
esencia , queda el rincón en el rincón de la plaza, quedan los recuerdos y
queda Martín y queda Diego, y Enriquito y Gonza
y Carlitos y Conradito y los que nos toman el paso… y si
que queda un olor, sigue quedando ese fuerte olor que tira patrás a “buen rollo” y ese ambiente que se mete en cada poro de la piel
y nos hace sentir tan bien!!
18
de Diciembre de 2013