viernes, 3 de enero de 2014

EL RINCÓN EN EL RINCÓN DE LA PLAZA

                                            

          


          Mirando un viejo calendario de 1986 deduzco que fue un frio dia 19 de Diciembre y lo recuerdo perfectamente porque habíamos hecho una  fiesta en el colegio y se nos había hecho tarde. El grupo de amiguetes  y amiguetas íbamos andando parsimoniosamente por la acera del parque de la Virgen de Loreto, hablábamos de nuestras cosas, de las cosas que suelen hablar los chavales de trece o catorce años como era mi caso… ..recuerdo ir con Pichú , Paco del Real, Felisa Lara, Marisa Martinez , Jesús Jiménez …quizás fuésemos más pero aquel día los recuerdo a ellos.

           Un enjambre de ensordecedoras vespinos pasaba junto a nosotros trasportando jóvenes trabajadoras que salían de la fábrica de Plancacor y no se quién comentó que esa noche abrían un bar nuevo, había carteles por las calles que anunciaban su apertura , carteles que eran simples fotocopias en blanco y negro y anunciaban: apertura del nuevo disco-burguer Dulce Pequeña.





           A las chicas no se si les dejarían salir un viernes  por la noche pero  sin lugar a dudas no se como me las iba a apañar, pero no me iba a acostar yo aquella noche con lo bacín que era  sin pasar a aquel cuartete.

           El nombre del local viene de una canción del desaparecido grupo Glutamato YeYé y aunque no lo creáis hace veintisiete años pero recuerdo a la perfección y con una memoria casi fotográfica el primer día que abrí aquella doble puerta pintada de rosa y con los clavos en blanco y entré a Dulce Pequeña,  no teníamos todas con nosotros lo de que nos dejasen entrar , (porque éramos unos micos)...pero nada más alejado de la realidad, no solo nos dejaron entrar sino que nos invitaron a unos minis de cerveza y a unas patatas fritas. Allí estaba Paco "el Baby" haciendo de relaciones públicas en un bar lleno hasta la cencerreta y decorado con dibujos de Mafaldas y Snoopys e iluminado con tubos de neón.





           
             La primera sensación que experimenté fue de calor, humo, olores a hamburguesa a cerveza a tabaco, pero sobre todo un fuerte olor que tiraba patrás a “buen rollo”, sonaba aquel disco de Joaquín Sabina y Viceversa en directo y yo flipaba con aquel ambiente que se metía en cada poro de mi piel y me hacía sentir tan bien!!. Quien me iba a decir que ese día mi vida cambiaría convirtiendo aquel local en mi primera casa, porque la segunda, casi no la pisaba. Con aquella edad del pavo comenzó mi andadura en el mundo de la noche, en aquellas noches locas al principio con Paco desde fuera de la barra y luego con los cracks Nieves y Ramon Laguía del que guardo tan buenos recuerdos.



            En aquella época se bebían litros de cerveza en vasos de plástico y también cubalitros, se bebían submarinos, leche de pantera, se bebía Dyc o Jotabé con cocacola, ron solo se conocía el Bacardí blanco y el que bebía gin-tonic era o bohemio o rarito, por supuesto todo en vaso de tubo y de los bajos , nada de vasos de sidra ni de copas de balón y por supuesto se lavaban a mano y con mistol, las patatas fritas eran de Collado (y se cobraban) y como mucho unos panchitos de gratis… todo esto lo cuento para que veáis la evolución.

         La música se ponía en un equipo con un plato y una pletina para cintas, y entre canción y canción por supuesto no había mezcla, los discos de vinilo a veces se rayaban o saltaban y había que darles la vuelta para escuchar la cara B. En aquellos mediados de los ochenta se  escuchaba El último de la fila, Los secretos, Mecano, los Rebeldes, la Frontera, Loquillo, Los Ronaldos, Toreros muertos , Glutamato, Nacha Pop, Héroes del silencio, en fín , me faltaría papel para ponerlos a todos y además todas las canciones se cantaban en grupo cuando la fiesta comenzaba a coger copero.









       Allí comencé a poner música y a convivir con gente casi siempre más mayor que yo de la que aprendía o desaprendía y con la que pasaba horas y horas , horas de café de cerveza de litros de conversación de licores de copas.

          Yo siempre traté de volar en solitario y comencé a montar bares por mi cuenta o a trabajar en otros, pero nunca me he desvinculado del Dulce al que tengo gran respeto y del que guardo tan gratos recuerdos. Allí he madurado , he hecho amistades , hemos cogido nuestros primeros “pedos adolescentes”, hemos vivido momentos inolvidables , cumpleaños de desfase, Navidades en las que todos los días puntuábamos, Semanas Santas con la calle llena de gente bebiendo y pasándolo bien, veranos calurosos con noches en las que se improvisaban guerras de agua, domingos en los que se abría por la mañana y se empalmaba con el café, ferias de abril bebiendo fino como cosacos, en aquel rincón hemos visto hacerse novios a amigos, hacerse y deshacerse también!!!, en ese rincón hemos vivido carnavales, pero no carnavales descafeinados, Carnavales con mayúsculas!! Hemos quedado tantas y tantas veces  para pasar el fin de semana, ahí hemos hecho las peñas para feria (nuestra marcheta y pin pan y pin pan), de ahí hemos salido para los conciertos en verano.




              Salvo los años en que comandó el local Paco o Ramón y el paréntesis en el que llevó el local Gumer y Conchi, la regencia del local en la mayor parte de estos años ha sido dirigida por “los Nieves”, Jesús y Enrique a los que admiro tanto en lo profesional como en lo personal, y de los que aunque no lo crean he aprendido bastante y a los que les debo tanto.





             Por allí han pasado amigos (dentro de la barra) con los que guardo más o menos relación y de los que han sido muy importantes en ciertos momentos de mi vida: Paco, Ramón , Jesús, Enrique,  Pablo, Angel Manuel, Joaquín, Kiki , Jose, Eric, Valentina, Dorina, Juanlu, Conchi , Gumer, Geni, Pilar…y Silvana como no , la que hoy es mi mujer y a la que conocí allí, la camarera más guapa del planeta.







            Hoy cuando he entrado a Dulce Pequeña después de veintisiete años , he sentido una sensación  muy extraña y se lo he comentado a ella , hoy he pasado a felicitarles por el aniversario a Jesus a Enrique y a Pilar, pero hoy lo he hecho con mi hijo Martín y me he emocionado, hoy no olía a humo ni a hamburguesas , no sonaba Sabina , ni había gente bebiendo minis , al neon le ha tomado la palabra el led, al vinilo el archivo digital y al cubata de Dyc-cola el Gintonic de Seagraam’s, ya no están las Mafaldas ni los Snoopys, pero queda algo flotando en el ambiente , queda la esencia , queda el rincón en el rincón de la plaza, quedan los recuerdos y queda Martín y queda Diego, y Enriquito y Gonza  y Carlitos y Conradito y los que nos toman el paso… y si que queda un olor, sigue quedando ese fuerte olor que tira patrás a “buen rollo” y ese  ambiente que se mete en cada poro de la piel y nos hace sentir tan bien!!






                                                                      18 de Diciembre de 2013