domingo, 29 de abril de 2012

APRENDER A NADAR

APRENDER A NADAR 
A las nueve y media de la mañana, aunque fuese julio no es que estuviese el agua calentica que digamos, pero era yo creo la ilusión que teníamos aquel grupo de guacharetes y guacharetas , lo que nos hacía entrar en calor. Esa noche yo creo que no pegué ni ojo, pero por fín llegó el ansiado díay allí estaba yo dispuesto a mi primera clase para aprender a nadar y me hacía más ilusión pues entre los monitores que nos enseñaban a demás de estar Pepe Guerrero y David Gento, se encontraba también mi primo Luis.
Mi impaciencia por aprender comenzó aquella mañana de domingo en la que fuí con mi padre a la estación, y es que a mi eso de ver como llegaban los trenesme volvía loco, me chiflaba todo aquel protocolo que se traían entre manos los trabajadores de RENFE. 
foto (Juan Carlos Lara)
Recuerdo aquella estación majestuosa que te encontrabas al doblar la esquina esa sala de espera con su ventanilla enfrente y gente sacando billetes (aquellos billetes amarillos pequeños de cartón), recuerdo que
al atravesar la sala de espera y volver a salir al exterior te encontrabas con aquella gran cubierta, ese gran reloj que había colgado en la pared encima de la campanilla,esos bancos en los que había, novias que esperaban a novios que venían de permiso,padres que esperaban a hijos que venían de
estudiar,familias que esperaban a familiares que venían de visita...en fin , gente que esperaba a gente. Mi padre se pasaba a la cantina y se pedía un botellín luego me pedía a mi una Pepsi y unas patatas fritas y yo me salía al banco de fuera y abría los ojos como platos y las orejas como espuertas para enterarme bien
de to el "tinglao".... El jefe de estación salía fuera en mangas de camisa a ver si corría un poco el aire, luego sonaba el teléfono y se metía pa dentro, luego volvía asalir con la gorra puesta y la bandera liá debajo del brazo, con su silbato.A veces cruzaba el anden de madera y yo veía a la gente con los paquetes y maletas cruzar,
otras veces el buen hombre no cruzaba el anden y entonces venía un tren que no paraba y pasaba rapidísimo, (a mi eso me volvía loco) dejaba tras de sí un remolino de aire increible...yo disfrutaba como un enano, y cuando mi padre veía que llegaba la hora de comer, salíamos de la estación y me subía en su moto, esa mobilette super-lujo, de color rojo con su cojín atrás pa que yo fuera bien blandico.
Pero aquella mañana calurosa de domingo no nos fuimos derechos a comer, mi padre hizo una parada antes de terminar el paseo de la estación...paró la moto y me ayudó a bajar...-¿¿donde vamos??-...¡¡a ver a un amiguete!!..entramos a unas portadas de color azul claro, había muchos sacos de plástico amontonados, luego supe que era abono, un almacén de abonos creo recordar, pero lo que me llamó la atención fué lo que había al fondo, una piscina, una gran piscina, o al menos a mí me pareció grande, (o a lo mejor es que yo era muy pequeño) y un montón de chavales bañandose, tomando el sol, tirándose de cabeza y pasándolo bien.
Recuerdo que mi padre se puso a hablar con su amigo Ignacio, y al cabo de un rato, el hombre me revolvió el pelo y me dijo, -ale cuando aprendas a nadar ya sabes , te vienes aquí todas las tardes-.
Luego subimos arriba ,y nos enseño unas
habitaciones llenas de canarios, (afición que compartía con mi tío)...y a mi eso de los canarios me parecía muy bien pero yo ya no podía dejar de pensar en lo mismo..Tenía que aprender a nadar!!.
No se si fué al siguiente verano ,o pasó alguno más, pero recuerdo aquella vieja inspección en la que después de hacer cola, algún policía quizás Agustín,o Bonache o Leoncio o quizás Medrano o Paco el inspector, tecleaban aquella ruidosa máquina de escribir y me hacían el carnet de la piscina.
Y ahí estaba yo ya digo impaciente por tomar contacto con el líquido elemento deseando nadar como hacían aquellos mozos de la piscina de Ignacio, para poder tirarme de cabeza, ya que en casa había oído decir que a lo mejor el domingo menos pensado preparábamos "el ato" y nos íbamos todos en nuestro seat 850
a las Celaillas...
...aunque eso...eso ya es otra historia
 

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