jueves, 24 de mayo de 2012

EL AROMA DEL PARQUE Y LOS POLOS DE CARRETERO


EL AROMA DEL PARQUE Y LOS POLOS DE CARRETERO

No recordaba cómo había llegado hasta la cama pero ahí estaba, con mis cuatro o cinco años desperezándome y abriendo los ojos poco a poco; la persiana estaba bajada pero arriba quedaban tres rayitas por las que pasaban unos rayos de luz, a mí me gustaba sacudir la sábana y ver cómo iban cayendo lentamente esas partículas de polvo, que intentaba coger con la mano pero se me escapaban como si fuesen peces resbaladizos en el agua.
No recordaba cómo me había metido en la cama la noche anterior, no lo recordaba pero sí lo sabía: Mi padre me trajo en brazos.
La tarde anterior, como casi todas las tardes nos íbamos al parque los tres, mi madre, mi hermana , en un carrito de bebé (creo recordar azul marino), y yo. Era ya verano, y a mí me gustaba ir al parque, allí me lo pasaba en grande, recuerdo que me gustaban mucho unos pantalones cortos azules, siempre llevaba los brazos llenos de calcomanías (yo les llamaba calcamonías)  las rodillas llenas de sollejones y mi madre estaba negra; cuando ya parecía que se iba a caer la costra y a curar la herida,¡¡¡oootra costalá!!, y venga a llorar y venga “micromina” como yo decía , recuerdo ese dosificador que chupaba con la perita aquella un líquido rojo vivo y al darte en la herida , lo que escocía.. -¡Si es que no miras por donde andas!- me decía mi madre. -¡Es que si miro me pillan y pierdo!.y a mí lo de perder me gustaba “poconá”!!




El parque lo recuerdo con mucho cariño, me gustaba ese perfume a tierra mojada, al olor de los árboles plataneros, a la horchata, a los rosales, recuerdo las manos pegajosas al comer cucuruchos de helado de chocolate y recuerdo como imponía aquel guarda moreno  (Bombilla) que paseaba de un lado a otro con su uniforme azul y una banda ancha de cuero en el pecho con una chapa redonda y una gorra de plato.
Mi hermana se quedaba en el carrito entretenida con algún juguete, y mientras mi madre hablaba sentada en un banco con alguna amiga, yo me dedicaba a jugar con la arena del parque , pero yo al contrario que la mayoría de los chicos no me llenaba las manos de arena, ¡¡como mucho con la pala y el rastrillo!!, pero eso de meter mis manos en la arena y llenarme de tierra, ¡faltaría más!, no era yo “señorito ni ná”, si había que hacer alguna carretera para jugar con los coches o con las chapas ya me buscaba yo a un buen peón de albañil al que le fuese indicando por donde tenía que trazar el recorrido, pero yo la arena ¡!ni tocarla¡¡, ¡ingeniero de caminos, como poco!...Otra cosa era el agua, el agua era mi punto débil, me gustaba jugar en la fuente que había para que bebiese la gente ,ponía el dedete en el caño y jugaba a ver donde llegaba el chorro (quien no ha hecho eso alguna vez)…así podía estar hasta que veía al guarda o hasta que algún mayor te daba un toque... La fuente estaba colocada en el “paseo de los enamorados”, conocido así por la afluencia de parejas a saciar, sus instintos sexuales, (véanse morreos, magreos y tocamientos)....bueno , más que a saciar, yo diría a aumentar, porque me parece a mí que las parejas salían del paseo con un calentón que “pa que contate”!!.
Al cabo de unos años cuando sacaron esos globos pequeños para llenarlos de agua, a mí me dieron en tol gusto, y  a más de una pareja le apagué la calentura con mis lanzamientos precisos, que no sé yo como no me llevaría una “galleta” o la salpicadura de alguna hostieja !!
Recuerdo jugar con mi primo Pablo Montalbán y sus hermanas, Inma Ruiz y sus hermanas (las hijas de Felipe Ruiz), también estaba por allí enrique Castilla, (que era algo mayor que yo), imagino que jugaría con muchos niños, pero a los que más recuerdo de aquellos tiempos y del parque es a ellos.
 Aquel parque infantil  con los artilugios pintaos de naranja estaban desgastaos de tanto usarlos, ese tobogán que lo bajabas y lo subías también ¡por donde hay que bajar!, esos puentes en los que te colgabas boca abajo y se te caían las pesetas y las canicas, ese chino que hacías girar impulsándolo con los brazos y piernas y del que nos bajábamos mareaos y derrapando, esos balancines en los que hacíamos ¡chuletas! al compañero de enfrente, recuerdo que estaban bajo un abeto muy pequeño y posiblemente sea actualmente uno de los árboles mayores del parque.
Otro de mis mejores compañeros de juegos era sin duda “Paquito”, el hijo de la “polera” que había enfrente de Carretero, me pasaba horas y horas jugando con él y con su hermano, y echando viajes al quiosco de su madre, donde ella y su abuela despachaban.



 Yo me subía a un pollete de cemento en el que se sentaba la gente y delimitaba la zona ajardinada y desde ahí llegaba al mostrador y le pedía mi polo de naranja (de Avidesa), unos polos de naranja gordetes y envueltos en un papel azul con un dibujo del mismo polo y que al terminar de comértelos y mirar el palote , algunas veces tenías premio y te daban otro!!!...menudo berrinche pillé el día que me dijo  Paquito que se iban a vivir a Alicante, fue entonces algún año más tarde cuando me quedé sin amigo de verano y me cambié a la caseta de enfrente, a la de Carretero, donde me despachaba aquella mujer que a mí me parecía la más guapa del mundo y a la que me quedaba embobado mirándola.
 Me encantaban aquellos polos que hacían ellos de limón, que salían medio deformaos del molde y a los que se les pegaba el papel pero que estaban buenísimos, la de polos de limón y bolsas de revuelto que me habré comido en el parque mientras contemplaba la estatua de aquella pareja de vendimiadores con el nene sujetando un racimo en sus manos que había en la entrada a la derecha.




Otro de los entretenimientos principales era la búsqueda de chapas, había que buscar las chapas más raras, yo tenía muchísimas…de Pepsi, Mirinda, cerveza Calatrava, Skol…a mi me gustaban las de bitter Kas, eran mis favoritas, y me gustaba que no estuviesen muy deformadas.


 Tenía una bolsa llena de chapas y la noche en la que encontraba una de una marca nueva, me ponía más contento que unas pascuas. Recuerdo que un día buscando chapas me encontré un billete, un billete nada menos que de 500 pesetas en el que salía un tío con una “boina” muy rara , un “billetaco” azul bien grande y bien hermoso que vi debajo de una mesa de metal de las que tenía el bar del parque,  lo cogí y salí escopeteao a enseñárselo a mi madre, que me decía que a ver si se le había caído a alguien, Coño pues claro que se le había caído a alguien, pero ahora lo tenía yo..a si es que se vino conmigo para comprobar que allí no había nadie sentado y al final el billete acabo en mi hucha verde del Banesto (quien no ha tenido una).





El bar del parque ¡otra cosa no será pero mesas ponía unas pocas!, llegaban hasta la fuente central, a casi la puerta del parque infantil y se extendía por todos los caminillos flanqueados de setos. Como todos los bares, el bar del parque a mí me chiflaba , recuerdo que tenía una pequeña bolera, futbolines, una máquina de laberinto a la que le echabas una moneda, y lo mejor era , aquella máquina de poner discos y que amenizaba las noches veraniegas; El repertorio era variadito, desde Bonnie Tyler a Julio Iglesias, desde Rod Steward a Roberto Carlos, desde los Bee Gees  a Camilo Sexto!
El parque municipal, era un hervidero de gente paseando por esa tierra húmeda , comiendo helados , sentados en las mesas del bar, apoyados en la barra, sentados en los brazos de aquellos hermosos bancos de granito rosado, comiendo “espuertas” de pipas, una algarabía de niños jugando, novios disfrutando del frescor de los árboles, matrimonios descansando de los días de trabajo veraniegos en un tiempo en el que el aire acondicionado no se conocía en Socuéllamos ni en media España, y pasar calor era de verdad ,¡¡pasar la “chicharrina padre”!!  
A mi me gustaba cuando el verano iba avanzando y tocaba la banda municipal en aquel escenario que ponían al lado de la parte central y que servía a su vez para hacer las verbenas, instalaban unas tiras de luces de colores de farola a farola , todo lo largo que era el paseo central, y la gente parecía más contenta..la feria se acercaba!!
Casi todos los días volvíamos a casa a cenar pero los sábados eran distintos, los sábados salíamos después de cenar, como casi toda la gente, y entonces también venía mi padre los juegos eran de noche , y los polos, y el guarreo de la fuente, y el parque infantil, y las chapas, y al regresar a casa me gustaba subirme al pequeño murete de piedra sobre el que descansaba la valla del parque y andar allí encima subido, pasando la mano por las barras de la valla, barras azules y una blanca, barras azules y una blanca, y así hasta llegar al final donde daba un gran salto!!. Pero los Sábados al volver a casa los cuatro ,a mi me entraba la pájara, y me ponía “ronchón”, más o menos a la altura de la farmacia de don Victor  ,y mi padre me cogía en brazos porque yo me dormía andando..-¡¡cada vez pesas más, de aquí a dos días no voy a poder contigo!!- me decía- pero yo ya estaba en el séptimo cielo. Ahora pienso en lo que yo tenía que pesar con cuatro o cinco años y en la edad que tenía mi padre y en la escalera de mi casa y me doy cuenta de lo que se debe querer a los hijos…
Y aquí estaba yo en la camita recordando el día de ayer y pensando en lo bien que lo pasé en el parque y en las chapas y en los polos y en todo lo que jugué, y todo lo que guarreé con el agua y pensando en cómo se lo iba a decir a mi madre..En fin tendría que armarme de valor!!!..
Mamaaaaaaa que me he meao en la camaaaaa!!!!!



-Este crío!!!, será que no te lo dije anoche que no te “empanzinaras” de agua, venga anda levántate…que ganas tengo de que crezcas y te vayas ya a la mili!! (típica frase de madre).
Pues sí , al final me fui a la mili…pero eso ..eso si que es ya otra historia!!

2 comentarios:

  1. No creas que no me acuerdo de las carreteras junto a la valla del parque infantil, intentando que quedase lo más plano y liso posible ayudado del palo de un helado.
    Pero no me acordaba de Paquito (lo que habremos jugao con él), pero gracias a ti he recordado que pasado un tiempo, un verano volvió para pasar unas vacaciones y lo notaba mucho "mayor" que nosotros.
    Un abrazo.

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  2. sí..Paquito cogió otro "camino"!!

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