miércoles, 2 de mayo de 2012

LOS DOMINGOS DE MISA DE DOCE

LOS DOMINGOS DE MISA DE DOCE

Aquel domingo de primavera, recuerdo que salimos mi padre y yo temprano , íbamos por la calle Don Quijote, recuerdo que me llevaba de  la mano, bueno ,mejor dicho del dedo, recuerdo siempre cogerle del dedo e ir andando con él. Nos saludaba mucha gente ,yo creo que lo conocía todo el pueblo, -¿Dónde vas con el pollete Abraham?-, nos preguntó un señor mayor con un blusón negro, una boina calada un poco de lado y un enorme puro, -vamos ahí a la churrería-, -ale, dale recuerdos a la señora-,yo miraba a mi padre, -papá ¿Quién es ese hombre?, -ese es Manolo Plaza , un amiguete de la familia- –ah-.Yo siempre , le preguntaba , quién era la gente, me gustaba saberlo y eso que era aún muy pequeño , pero ya iba yo cogiendo “trazas de bacinaco”.
De mi casa ala churrería hay un trayecto bien corto ,pero  nos podían saludar tantas personas como hubiese por la calle, lo conocía todo el mundo, y algunos le decían ¡¡¡adiós “maestro”!!!. –papá, ¿tu no eres maestro, tu eres peluquero , no?. –Sí, pero es una costumbre de antes, viene de maestro barbero, comprendes?. Vaya cosas raras tenían los mayores!!!!!
Llegamos a la churrería, un cuartete pequeño, de fachada pequeña, con una cocina pequeña, recuerdo que todo era pequeño, bueno, todo…excepto la churrera, y no es que fuera muy alta sino que era más bien ancha, la recuerdo detrás del mostrador remangá, dispuesta al ataque ,jejeje. Había gente sentada en las pocas mesas que disponía el cuartete, y devoraban churos, mojándolos en humeantes tazas de chocolate. Teníamos gente esperando delante de nosotros pero yo me ponía en el borde del mostrador observando a la Pili, esperando lo que para mí era un espectáculo ¿Cuántos?-preguntaba a una señora que había delante-, -dame doce-. Ella comenzaba a girar la gigante rosca que ocupaba casi el ancho del mostrador de mármol blanco, y al mismo tiempo que la giraba los iba cortando, todos de la misma medida y a “todo follete”…clas, clas, clas, clas ,clas….la rosca giraba y se hacía más pequeña, clas, clas ,clas..diez , once , y doce, contaba yo que casi no me daba tiempo, y en un abrir y cerrar de ojos los churros pasaban a un paquete de papel y a una bolsa, cobraba, y decía ¡¡¡El siguiente!!...¡¡¡Vaya manera de despachar!!!..cuantos más churros pedían mayor era el espectáculo, y si la rosca desaparecía , una señora venía por detrás y volcaba de una bandeja redonda de metal otra rosca nueva –Dame veinticuatro- -¡¡Jo veinticuatro!!...yo abría los ojos y alucinaba con esos rápidos clas, clas, clas, clas!!!!...Por fin nos tocaba..-¿hoy te has traido al mono?, le decía a mi padre riéndose, -Sí, hoy ha madrugado un poco más y se ha venido conmigo-, -dame seis y otros seis de los pequeños-, Vaya pedido!!! Seis los cortaba en ná de tiempo, eso estaba chupao pa la Pili!!!!!-Toma te echo la porra que sé que te gusta Abraham- y nos íbamos tan contentos con nuestra bolsa .
La Pili siempre tenía (y tiene) una sonrisa e incluso cuando al cabo de los años aquel niño se hizo adolescente y algunas ferias llegábamos los amigos “cargados” y dando guerra, ella nunca perdía la paciencia).

Cuando llegábamos , la casa olía a chocolate, mi madre lo tenía preparado en la mesa de la cocina, ese chocolate del Cristo, aún recuerdo esas pastillas de chocolate con el envoltorio  naranja , con el dibujo de un Cristo y que algunas veces me daban junto con un trozo de pan para merendar, y otras veces lo cortaba yo sin que me viera nadie y me lo comía  “a palo seco”!!! Y allí sentados en la cocina nos liábamos a comer churros mis padres y yo, y claro está, también guarreaba en el chocolate mi hermana que estaba allí sentada echa un “bollete”, pa comértela!!!...con esa lengua de trapo con la que me llamaba “pache".
Los domingos, ¿cómo no?, eran de ir a misa de doce, allí estábamos los tres (mi hermana se quedaba al cuidado de una tía de mi madre) esperando que comenzase la misa. Siempre íbamos a la capilla de la plaza de Jose Antonio, (actual Plaza de la Constitución), y nos sentábamos en los bancos de la derecha, casi al principio; A mi la misa (imagino que como a todos los niños de cinco o seis años) me parecía un royo, tanto levantarse y sentarse, tanto protocolo …y eso que mi madre se esforzaba en enseñarme todas las cosas que había que hacer, pero aunque me pareciese un poco tostón , yo siempre me quedaba atónito escuchando los sermones de don Lorenzo, le gustaba hablar a la gente de una manera muy cercana, muy campechana y siempre comentaba alguna lectura del evangelio y la pasaba a la vida real poniendo ejemplos. Recuerdo que muchas veces comenzaba su “discurso” diciendo…Amadísimos hermanos…bla bla bla. Cuando bajaba esos peldaños para dar la comunión , lo recuerdo que comenzaba a cantar…Juntoooos como hermaaaanos, mieeeembros de una igleeeesia, vaaaamos caminando , al encueeeentro del Señoooooor!!!!...recuerdo a todos cantando, hombres y mujeres, y me viene a la cabeza aquella inconfundible voz de doña Tere, la maestra que se sentaba cerca de nosotros. Cuando terminaba la misa mis padres se quedaban charlando en la puerta de la iglesia con algunos amigos, y recuerdo que ese día don Lorenzo salió vestido ya con su traje gris. Ese hombre alto y un  tanto entrado en kilos, se agachó , me cogió del hombro y me miro fijamente con aquellos ojos pequeños que se escondían tras esas gruesas gafas de pasta y me dijo: ¿tú cómo te llamas chaval? –yo me llamo Javier-, -¿Cómo que Javier? Tú te tendrías que llamar Isaac hombre!!, ya que tu padre se llama Abraham-…entonces comenzaba a contar la historia..¡¡¡Abraham, Abraham, detente, detente y no mates a tu hijo Isaac!!!jajaja se reía y me volvía a decir…te deberías llamar Isaac!!!! ..desde entonces don Lorenzo siempre me llamó Isaac, y más adelante que tuve la oportunidad de conocerlo más , me demostró que era , lo que parecía..una buena persona!!así es que se fue andando a su cita obligada de los domingos…de la iglesia , a la “catedral”… la “catedral” de la caña…el Bar Medrano!!!
Mi madre se marchó calle arriba con unas amigas a casa, a cuidar de la peque y a hacer la famosa “paella de los domingos”, y yo me quedé ahí con mi padre bajo los rayos de ese sol de primavera viendo el bullicio de la plaza, los chavales corriendo a la Prisca , los mayores a los bares, o de paseo al parque. -¿Ahora que hacemos?- - pues ahora lo verás- cruzamos la calle, entramos en la plaza y después de pasar el cuartete de la Prisca y de la María, doblamos a la derecha entrando por un arco de obra que unía dos muretes de celosía de ladrillo, allí había mucha gente bajo una cubierta de uralita sentada en mesas de terraza de madera y metal, cruzamos la calzada y entramos en un bar (la Marisquería Cabezuelo)…había mucha gente dentro , mi padre se puso a hablar con unos amigos y yo claro está a bacinear tó, bien bacineao!!!





Que bien olía allí, olía a marisco, (bastante pijo sabía yo lo que era el marisco, pero a mí me olía de puta madre), anduve de un lado para otro, encontré un pasillete y llegué a un mostrador con una vitrina de cristal, yo pegué la cara al cristal y ví que aquello estaba lleno de bichos de todos los colores, langostinos, cigalas, nécoras, carabineros, percebes, almejas, navajas, bígaros, y tras el mostrador un señor  y un par de chicas pequeñas ,también bacineando y “ayudando” a su padre. El hombre  se me quedó mirando y con una sonrisa me dijo..-Y tú ¿de quién eres?-, -yo, de Abraham el peluquero-,-¡hombre el chico de Abraham! ¿Y de qué equipo eres?...yo me encogí de hombros,( a mi eso del futbol, se ve que ni de grande ni de chico)…-¡tú tienes que ser del Bilbao chaval como tu padre y como yo, ese es el mejor equipo!..Y como dirían los viejos: parece que estoy viendo a Carmelo como si fuese ayer y seguro que cuando pasó esto, él tenía menos años que tengo yo ahora!!!.Años más tarde pude comprobar el tipo de persona que era Carmelo y compartir con él una de las cosas que más nos gustaba a los dos y no era el Bilbao sino el carnaval!!.
Mi padre me estaba esperando con una mirinda , a él le gustaba estar en la barra, cosa que he heredado , yo me fijaba en todo ,veía como de la cocina sacaba la Josefa raciones y raciones,y disfrutaba de aquel bullicio de aquellas voces , aquellos olores, a marisco , a patas de calamar a la plancha, a vino marisquero, cerveza y humo,  en ese bar decorado con una pared de azulejos muy raros y con cuadros y posters del Athletic de Bilbao…¡¡¡como me gustaban los bares!!!




  .Mi padre había pedido unas gambas a la plancha y me enseñaba como se comían, como se quitaba la cabeza y se chupaban ,mmmmmmm que saborrrr, me enseñó a pelarlas, y recuerdo que eso se me daba peor , así es que él me las iba pelando y yo me las iba comiendo, aunque me cundía a mi más que a él…¡¡¡lo recuerdo con tal intensidad que me parece que fue ayer!!!...¡¡¡¡y que buenas estaban aquellas, mis primeras gambas!!!!...que se lo dijeran a don Lorenzo que a unos metros de nosotros en el Medrano seguro que se estaba apretando otra ración!!!!



De vuelta a casa mi padre me decía –si te pregunta tu madre, dile que venimos del parque de pasear-, pero verás como ella es tan lista que no la vamos a engañar.
Y efectivamente al subir , ella decía ¿de donde vienen el padre y el hijo? –del parque de pasear-. Mi madre me cogía las manos y me las olía…¡¡¡??con que del parque eh???¡¡…y mi padre me miraba y me guiñaba un ojo!!!.entonces nos sentábamos a comer paella , y yo me ponía morao, y es que gracias a Dios a mí el aperitivo nunca me ha quitado las ganas de comer!!!
Recuerdo aún aquellos domingos de “misa de doce” que tampoco duraron mucho pues cuando pasó un poco tiempo comencé a ir a las monjas a la conocida como “misa de los niños”, que no es que cambiase yo por nada los sermones de don Lorenzo , pero es que a la misa de “niños”…también iban “niñas”..jejeje…aunque eso…eso ya es otra historia

1 comentario:

  1. Me alegro de que por fin te hayas decidido a publicar tu blog, lo agregaré entre mis favoritos. Eres un Crack, cuentas los recuerdos como nadie, nos haces revivirlos.


    Abrazo fuerte, Montse

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