martes, 22 de marzo de 2016

¡ LO QUE NO ENGORDA, ES LO QUE NO SABE A NA!

Ahora vienen los propósitos de año nuevo. ¿Quién no tiene o ha tenido uno? Dejar de fumar, aprender un idioma, apuntarse al gimnasio… Claro, claro, después de haberte comío una vaca con habas en Nochebuena y un gorrino relleno en Nochevieja; después de haberte ‘abrochao’ tres roscones de Reyes con todos sus complementos, las tortillas de San Antón y todo lo que le cabía a la parrilla, ¡ahora te apuntas al gimnasio y solucionao! Pero eso no es tan fácil, porque con apuntarse no vale… luego hay que ir. Pero no un día sí y cinco no, hay que ir con asiduidad.
Yo me he propuesto perder unos kilos, pero es que no veo el momento de empezar. Al principio dije: ¡venga el uno de enero! Luego lo pasé a después de Reyes y después lo pospuse a después de San Antón. Ahora, pasadas las luminarias, me cojo unos días de descanso y me digo a mí mismo: ¡Pa dos días que sale uno por ahí, voy a estar de remilgos y penando! Así que lo dejo para febrero definitivamente. Si me veis por ahíandando ‘a to follete’ es pa ver si bajamos lorzas, que me vienen las camisas más apretás que los remaches de un submarino.
Al ejercicio hay que complementarlo con la dieta, que eso es otro mundo… Yo en mis 42 cascabeles que tengo ya he hecho más dietas que Rosa la de Operación Triunfo. La de ‘Yerbalaif’ (que cualquiera se zampa los batidos esos así en ayunas), la de ‘Naturjaus’ (que lo tienes que medir y pesar todo al gramo), la de la piña, la disociada, la alcalina, la de la alcachofa, la vegetariana, la ‘Ducan-dú’, y Cristo que la fundó. No os ‘engañís’, si no mueves la lorza, la báscula tampoco se mueve… ¡Vaya, que hay que sudar un poquejo! Con la bici, en el gimnasio, o en la avenida del colesterol, pero moviendo el culo y sin parar a mirar los escaparates, que si no, es como el que tiene tos y se rasca.
El otro día me dice un amigo: llevo quince días haciendo dieta. Le digo, ¿y cuánto has perdío?, y me dice: pues dos semanas, ¡eso he perdío! Y es que no me neguéis que la vidilla que te da ese tocino, esa salsa pa mojar, esos canteros de pan… Esa vidilla no te la da la triste tostada de pan integral, ni esas afústicas acelgas, o ese brócoli o esa lastimosa pechuga de animal con pico. Si os dais cuenta, al final yo saco una conclusión muy clara: ¡Lo que no engorda es lo que no sabe a ná!: la lechuga, sola sin ná, el agua, el arroz hervido así sin ná… Pues eso, ¡lo mismo sabe una pechuga de pavo en la plancha anti-adherente que un chorizo en la lumbre!
Dentro de los propósitos de principio de año están los que prueban con lo de dejar el tabaco. Un cuñado mío se quita todos los uno de enero, pero a San Antón no llega. Qué digo a San Antón, pa los Reyes ya está liao otra vez. Otro buen amigo (un vicentón, que en el pueblo son famosos por su sentido del humor), recuerdo que me decía: Javi, yo hay días que me quito de fumar tres o cuatro veces al día, pero no hay manera eh, no hay manera.
Y para ayudar a superar la adicción, la mayoría de la gente empieza con los caramelejos, los chicles de nicotina, los cigarrejos esos modernos que echan vaho… Algunos consiguen dejarlo, pero me consta que cuesta trabajo. Hay quien me dice: ¿Sabes qué pasa Javi? Que llevo sin fumar dos meses y he engordao quince kilos. Entonces pienso yo: ¡coño, los que me sobran a mí también, lo que tengo que hacer es ponerme a fumar!
Y es que cuando llega el uno de enero, la televisión se llena de anuncios de productos para adelgazar, para dejar de fumar y sobre todo, cómo no, de las famosas colecciones por fascículos. Pa eso sí que hay de gustos y colores. De lo que quieras puedes coleccionar, desde cascos de Stars Wars, pasando por guitarras en miniatura y terminando por las partes del cuerpo humano.
O el Titanic, que ves tú el anuncio y ya sale ‘montao del tó’, tan flamante que hasta le han sacao lustre con sidol. Y dice el del anuncio: este domingo primera entrega, ‘El ancla’, sólo cinco euros… ¡Madrecita, a cinco euros la tirada semanal! Lo que no te dicen es que son cien entregas, que tardas dos años en hacerte con el Titanic de los cojones y te has gastado quinientos ‘leuros’ pa luego ir a una tienda de esas de juguetes hermosos y ver en el escaparate la caja con el Titanic con todas las piezas pa montarlo en un ratete. ¡Y por cincuenta euros!
El último coleccionable que he visto este año y me ha llamado mucho la atención ha sido el de un Tiranosaurio Rex, pero que el animalico mide metro y medio. ¡Regular cuando esté el bicho montao! Te hace falta una habitación pa él solo, y menos mal que no come. Menudo ‘sustazo’ como te levantes así a media noche un poco legañoso a echar un chorrejo y te encuentres al sapirujo en medio del pasillo. ¡Ahí es ná el blinco que metes!
Cómo me gustaría volver, aunque fuera por un día, a aquella época en la que por mucho que comieses, no engordabas; en la que lo de fumar era algo de mayores y en la que nuestra colección por fascículos eran los cromos de la liga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario