martes, 22 de marzo de 2016

Y SI NO HAY NOCILLA.....¡PUES TULICREM!

“Pasa pasa, tú pasa al paritorio, que eso es lo más bonito que hay”, te dicen todos los que ya han sido padres con cara tierna. Menudos cabrones están hechos… ¡Lo más bonito que hay! Pues perdonad que os diga que lo más bonito que hay no es eso. El tema de los sinónimos lo llevamos mal en este país. Cuando ves a la persona que más quieres, con la personita que más vas a querer dentro de ella, en esa posición pre-parto, con gomas y vías por toda su alma, la cara ‘desencajaica’ del dolor de las contracciones, … ¡Eso ya os digo yo que no es bonito! Agobiante y angustiante SÍ,bonito NO.
Cuado le dicen a la mamá que la epidural no ha hecho efecto y hay que apretar como se apretaba hace cuarenta años, ¡bonito, bonito, no es! En ese mismo momento tú estrangularías a la anestesista con tus propias manos y eso tampoco es bonito. Cuando ves cómo sale la cabecita de tu pequeño por un orificio por el que jurarías que es imposible que salga un ratoncejo, eso es impresionante, si me apuras hasta emocionante, pero creedme que ¡bonito, bonito, tampoco es!
Cuando se pierden los latidos del pequeño y no los escuchas: eso no es bonito. Luego te mira una enfermera y te dice: “tranquilo, es que se ha desajustado la goma pero no hay problema”. A ti entonces te entran ganas de llorar y no es ni de emoción ni de lo bonito que te parece, son las ganas de llorar de querer morirte y eso, bonito no es.
Luego sale esa personita, la ponen encima de la madre que está extasiada y rota de dolor y ves a tu pequeño, lo tocas, le cuentas los deditos, le pones el tuyo en su mano y él lo aprieta. Eso es muy emocionante, increíble, impresionante, mágico si me apuras. Pero tu aspecto, el aspecto de la madre, del hijo, de la sala, del sillón de torturas, del ambiente en general, ¡ya os aseguro yo que bonito, bonito no es!
¿Sabéis lo que es bonito? Bonito es cuando tu pareja está limpita en la habitación del hospital, relajada, tranquila y a tu bebé lo han lavado, le han echado cremita, le han puesto su primera ropa y te lo entregan hecho un muñequito entre algodones, tan guapo…¡Eeeeeso sí es bonito, eso sí!
Así que os recomiendo que paséis a ver a vuestras mujeres parir, a ver lo valientes que son, lo grandes que son y lo que es la vida. Os daréis cuenta de lo duros que somos a la vez que frágiles, de lo valientes que somos a la vez que cobardes, y muy especialmente os daréis cuenta del amor de vuestros padres. Viviréis unas emociones impresionantes, pero no os paséis esperando algo bonito, que lo vais a pasar peor que el que se tragó el paraguas.
Y la vida cambia, ya lo creo que cambia. Porque ese monigote, al que aún es demasiado pronto para que te una algo más que lo meramente biológico, se ocupa de recordarte con su presencia que se te ha acabado la vida de antes. En menos de una semana tu casa se empieza a llenar de cosas increíbles, comenzando por el cochecito. Un cochecito que lleva más tontería que el vestidor de Carmen Lomana y que en menos de un año no te vale para nada.
En tu mundo empiezan a entrar ‘palabros’ del tipo: cambiador, calienta-biberones, max-cosi, mini-cuna, humidificador, saca-leches, capazo y uno de mis favoritos: el increíble sacamocos. ¿Sabéis los que no tenéis niños cómo se utiliza un sacamocos? Yo tampoco lo sabía. ¡Ale, ale, echadle imaginación!
En vuestro baño empiezan a entrar artilugios del tipo de la bañerita, sillita para bañera, mini-water musical, patos, peces, pulpos y demás animales de goma. La cocina se llena de biberones, leches en polvo, potitos, baberolas, platejos y cubiertos de plástico y hasta un esterilizador, que te preguntas tú al cabo del tiempo: ¿Cómo se podrían apañar nuestras madres y abuelas sin un esterilizador, humidificador, calientabiberones y demás cachivaches? Y lo más importante ¿Cómo se apañarían sin un sacamocos?
Mis armatostes favoritos son esos de gran tamaño. Teniendo tres o cuatro danzando por la casa, una de dos: o te vas a vivir al Palacio Real de Madrid o te tienes que salir porque no cabes… ¿Os imagináis una casa de tamaño no muy grande con un cambiador, una cuna, un parquecito, una mecedora y un tacatá? Pues eso no es nada, ¡ahora viene el convoy de transporte! Mi hijo de dos años y medio tiene triciclo, correpasillos, moto y bici… ¡A este paso, con cinco años lo llevo con Félix y que le deje un camión!
Ahora que al cabo de los años has aprendido a beber, con modo y saber, la cantidad de ginebra exacta para que el gintonic esté en su punto, veste olvidando de todas esas tonterías, que las medidas son otras. Las medidas ahora van en centilitros para los biberones y en cucharadas rasas para la leche. Y luego hay que mirar la temperatura en el dorso de la mano. Vaya contradicciones: al gintonic le echas un traguejo y si le falta frío le metes otro cubito y arreando. Y luego también están las ‘mini-medidas’. Eso es (por compararlo con algo) como los chupitos. ¿Os acordáis del famoso chupito de piruleta? ¡Cipotazo de Amareto, chorreón de granadina y rellenamos con vodka! Pues por ejemplo los aerosoles van igual: ¡Cipotazo de suero, minidosis de nebulizador, rellenamos con Ventolín…y ale, a hacer vahos!
Pero, vamos a ver, ¿os acordáis cuando erais pequeños y os poníais maletes cuántos vahos de esos hacíamos? Ninguuuuuuno. El protocolo era el siguiente: visita al médico, cuatro rejonazos de ‘Pepeluis el practicante’ y en cinco días nuevo. En cualquier casa de los años setenta había: Bisolvón, mejoral infantil, Vick Vaporub, tiritas, agua oxigenada, ‘micromina’ y para de contar. Ahora en casa tenemos más medicamentos que en la farmacia. Y es que vas a por un jarabe pa la tos y te preguntan que qué tipo de tos tienes. Antes sólo había dos tipos de tos: la de fumar y la de estar malo. ¡Ahora hay más toses que denominaciones de origen en los vinos!
Y luego lo que ha cambiado la vida de esos años que hablo a esta parte. ¿Os acordáis dónde había que ir a comprar los ‘yugures’? ¡A la pastelería, sí hombre sí! Ahora vas a cualquier súper y tienes veinte mil yogures: yogures para bebés, con duz, sin duz, con frutas, sin frutas, con bifidus,  bioactivos, reductores del colesterol, griegos, rusos y filipinos… que no sabes cual coger y te ‘atoras’. Y es que nos sobra estantería y nos sobra también tontería.
Hace unos años salieron unos, no sé si os acordáis, con L-Casei inmunitas. ¿Pero eso qué pijo es? ¿Eso dónde se compra? Os imagináis al dueño de la Yoplay al telefono: “¿Oyeee a cómo tenéis la lcasei?... ¡no jodas!... habéis subío el precio cabronazos. ¿Y la inmunitas? Venga, mándame un camión con Timote. Sí sí, me echas medio y medio, ¡pero el L-Casei échamelo más trabao que la otra vez venía mu suelto!”.
Y con el tema de los pañales, no ha cambiao el cuento ni ná. Nuestras pobres madreslavando pañales reutilizables y ahora hay pañales con total absorción 12 horas, con doble elástico, extra sujeción,  confor-dry , pa bañarte, con aloe vera, con elementos dermoprotectores… ¡De aquí a ná los sacan con indicador acústico de plasta recién plantá!
Así pasa, que con tanto cambio está bajando la natalidad como bien comentaba en un artículo el amigo Juanjo Romero. Y es que vivimos en un constante sin-vivir, pendientes del móvil , los horarios, y metidos en un mundo de consumismo, cuando antiguamente también era consumismo: con-su-mismo libro, estudiaban tres hermanicos, con-su-mismo abrigo valía pal pequeño y pal grande, y con-su-mismo tablet… ¡Qué pijo tablet, si lo más parecido a una tablet era un trompo!
Bueno, como podéis comprobar, me lío a hablar de una cosa y me voy del hilo sin decir ¡mepaece! Espero que hayáis comenzado bien este nuevo año y que os hayan traído muchas cosas los Reyes Magos. Porque en los Reyes, aunque seamos mayores, hay que creer. Al fin y al cabo todos hemos sido niños y quién no se acuerda de aquellas mágicas noches de Reyes en las que nos acostábamos esperando a que llegase la mañana y… ¡eso!... ¡no hay palabras! Y a los que se nos había olvidado un poco, ahora se nos refresca la memoria y lo vivimos con más intensidad incluso que antes reflejado en la mirada de nuestros hijos o nuestros sobrinos. ¡Esa ilusión, esa inocencia!
Una última cosa a los futuros papis: ¡Pasad, pasad al paritorio!…¡QUE ESO ES LO MÁS BONITO QUE HAY!

No hay comentarios:

Publicar un comentario